miércoles, 1 de agosto de 2012

Photobucket Gatitas


Debo volver a un cantante inusual en el Rock pero que en 1966 consiguió golpearnos nuevamente a todos con una canción que, hoy sería "políticamente incorrecta" y que haría arrojarse sobre "El tigre" y aquellos a los que gustara esta canción a todas las feministas al grito de "sois unos puercos machistas".

Yo no lo veo así, se trata de un apelativo cariñoso sin ningún matiz de maldad ni de desprecio. Todo lo contrario, muestra lo absolutamente vulnerables que somo ante la chica de nuestros sueños. Quizá en algún momento incluya otro de sus grandes temas, anterior en el tiempo, en el que vuelve a demostrar eso que apunto, "To make a big man cry".



Me quedaría del todo sorprendido y decepcionado si "mi gata" se sintiera ofendida ante lo que solo es una expresión de cariño y una letra de completo alucinamiento hacia ella.

Pero bueno, baste esto, estoy a punto de partir y no quería hacerlo sin dejar un pequeño apunte hasta la vuelta en esta especie de Cuaderno de Bitácora musical. O de señales de humo para comunicarse al estilo Sioux en este cielo sin una maldita nube del mes de Agosto.


What's new pussycat (Tom Jones) - 1966





¿Qué tal gatita?
¿Qué tal gatita?

Tengo flores
y un montón de horas para pasar contigo
así que asoma tu linda naricilla de gatita.

Gatita, gatita, te amo.
Es verdad,
a ti y a tu linda nariz de gatita.

¿Qué tal gatita?
¿Qué tal gatita?

Gatita, gatita,
eres tan emocionante
y estoy tan dispuesto a cuidarte.
Así que levanta tu linda cara de gatita.

Gatita, gatita, te amo.
Es verdad,
a tí y a tu linda cara de gatita.

¿Qué tal gatita?
¿Qué tal gatita?

Gatita, gatita
eres deliciosa
y si todos mis sueños se cumplieran
pronto besaría tus dulces labios de gatita.

Gatita, gatita, te amo.
Es verdad.
¡A ti y a tus labios de gatita!
¡A ti y a tus ojos de gatita!
¡A ti y a tu nariz de gatita!





sábado, 14 de julio de 2012

Photobucket Sube al desván

Sé que fué a mediados de los ochenta y sé que fué en un Colegio Mayor donde la escuché por primera vez. También sé que hay muchos que piensan que esta canción es de Chayanne pero ¡no! No sé que edad tendrá Chayanne pero cuando este tema me atrapó él no podía hacer más de cuatro o cinco años que “se quitó” del biberón.

Es una de esas raras canciones, como Something de Los Beatles, en que sin pronunciar una sola vez la palabra amor, ni decir te quiero, deja meridianamente claros sus sentimientos.

Porque hueles a hierba, porque sabes a selva, porque hueles a tierra, porque sabes a hembra... y ahí se calla, pero sus pensamientos los ha dejado muy claros aunque, para rebajar el nivel emocional, se descuelgue con ese “sube al desvan”. Como si lo que hay en su cabeza fuera solo un revolcón... ¡Vamos anda! se nota de lejos que no es eso lo que te tiene preso.

Sí, claro que sí, el que diga que no piensa también en “subir al desván” es un cínico redomado. Pero aún sin olvidar que ese deseo existe, no es, ni mucho menos, lo verdaderamente importante.

Pensaba seguir con "Las Crónicas" o hablar de Los Beatles y de alguna de sus canciones, cualquiera de ellas quedó en los libros de historia musical, y sin embargo esta mañana puse la radio y me quedé colgado en las alturas de una cancíón ¿¿menor??... ¡Y un cuerno!. Un pedazo de tema que, aunque nunca alcance el Disco de Oro, es de los que te hacen recordar que lo escuchaste por primera vez hace ya la friolera de casi veinte años. 

Es dificil explicar que ahora la escuchas y te das cuenta de que sigues vivo porque te recorren todas las venas unas sensaciones que creías muertas. . o como dice él: “Las vigas de esta casa que aún sigue en pie”.

¿Quien es ella?... pues está claro, es la que te hace despertar a media noche con su imagen en la cabeza y sientes a tu lado, la que al al entrar el sol en tu dormitorio y despertarte encuentras entre tus pestañas... Ella en definitiva.


Sube al desván (Victor Manuel) - 1984








Serás la noche oscura donde arderé,
las vigas de esta casa que aún sigue en pie.
Me beberé tu sangre y pondré tu piel,
escribiré tu nombre en cada pared.
No fue cosa de un día, ni dos, ni tres,
como el tigre a su presa, te acorralé.


Porque hueles a hierba, porque sabes a selva,
porque alguien rompió el molde -no hay nada igual-;
porque hueles a tierra, porque sabes a hembra,
cuando nadie nos vea sube al desván,
cuando nadie nos vea sube al desván.


El tiempo solo pasa en quien no te ve,
quien duerme a tu costado pierde la fe
de que otra vida exista que pueda ser
mejor que recorrerte al amanecer.
Y aunque las cosas vengan a contrapié
siempre inventamos fuerza para crecer.


Porque hueles a hierba, porque sabes a selva,
porque alguien rompió el molde -no hay nada igual-;
porque hueles a tierra, porque sabes a hembra,
cuando nadie nos vea sube al desván,
cuando nadie nos vea sube al desván.

Cuando nadie nos vea sube al desván.
 


miércoles, 6 de junio de 2012

Photobucket Crónicas de Ninguna Parte


Leido en un manuscrito encerrado en una botella que las olas arrojaron a la playa:

Y en esto llegó ella.

Reconozco que había desembarcado algunas semanas antes pero yo estaba en mis historias, en mi mundo, y no me había enterado. Casualmente supe, cuando ya eran casi un clamor aquellos chompipeos de comadres, de su existencia y por curiosidad la busqué.

Algunas afiladas lenguas envidiosas, al criticar (Quien será, de donde vendrá, es una coqueta...), habían dejado entrever donde encontrarla así que cogí mi pequeño balandro y no necesité navegar demasiado. No lejos del puerto, en una cala de aguas tranquilas, allí estaba en un kayak, con una especie de chubasquero y un precioso cabello oscuro. Orzé y arrié la Mayor para poder contemplarla tranquilamente.

Pareció presentirme a popa porque repentinamente se volvió y miró hacia atrás. No pude verle los ojos, malditas gafas de sol que se los ocultaban, pero me dejó deslumbrado, deslumbrado por una maravillosa y enigmática sonrisa que permitía deleitarse con unos bellos y blancos dientes, que hacían desear ser mordido por ellos, una pequeña y linda nariz y una dulce y pícara expresión en su rostro.

Ni sé si reparó en mi presencia, quizá buscaba a otra persona, porque inmediatamente volvió a mirar hacia adelante y paleando con aquellas pequeñas manos se alejó hacia la arena de la orilla sin que yo me atreviera a seguir su estela, y no por temor a encallar. La cuestión, aparte de otras consideraciones, era que ¡Se la veía tan joven! ¡Parecía tan inocente y vulnerable! ¿Qué podía pretender un viejo lobo de mar como yo? 

Regresé a mi embarcadero y en mi tinglado empecé a afilar mis sables de abordaje.  ¡Ay del que se atreviera a enfilarla!

Siempre que recuerdo aquella mañana me viene a la memoria la canción que se asoció a ella definitivamente.

¿Cual? Esa es una pregunta ociosa. Teniendo en cuenta el impacto que me produjo y la primera palabra que se formó en mi cabeza al ver aquel rostro y aquella sonrisa, aunque la encontrara en el mar, en lugar de en la cima de una montaña como cantaba Mariska, solo puede ser esta:






Una diosa en lo alto de una montaña
ardiendo en una llama plateada,
una cima de belleza y amor.

y Venus era su nombre.

Ella lo obtuvo,
sí, chico, ella lo obtuvo
Yo soy tu Venus
soy su fuego en tu deseo.

Sus armas eran sus ojos cristalinos,
que vuelven locos a los hombres,
oscuros como la negra noche.
Conseguía lo que ninguna otra podía.

Ella lo obtuvo,
sí, chico, ella lo obtuvo
Yo soy tu Venus
soy su fuego en tu deseo.

martes, 29 de mayo de 2012

Photobucket ¿Giulietta?


Hubo una vez en España, en los sesenta, un EP del que en un país más mercantilista hubieran sacado tres secillos y todos hubieran llegado al número uno.

La cara A se iniciaba con "Renacerá" que si no hubiera sido porque nos encantaba hubieramos saltado para pinchar directamente el segundo tema, "Un sorbito de champagne"... ¡Total nada!

Pero es que en la cara B, además del segundo tema, que sin ser malo era tan solo uno más, se iniciaba con la que hoy rescato. Una que nos chiflaba, hasta el punto de que bastaba con que uno tatarease: "Ta, ta, ta ta... chis, chis, chis, ta, ta, ta, ta..." para que los demás le siguiesen y alguno comenzase a cantar un nombre de chica, en este caso, italiano.

Es curioso que en la funda ni siquiera se mencionara ningún tema de la cara B y por lo tanto a la canción de la que hablo.



Este grupo madrileño, Los Brincos, fue considerado aquí como Los Beatles españoles y creo que con razón. Es cierto que no llegaron a su altura pero tambien es cierto que contaban con muchos menos medios, tanto técnicos como económicos, pero incluso todas las veces que les vi en directo, algunas en un lugar de acústica tan desastrosa como el Palacio de los Deportes o incluso creo recordar que el Price, salí feliz. Eran grandes y en verdad que no necesitaban "negros" de estudio para sus grabaciones.

Ya me referiré a otras pero de momento voy a insistir en el tema de los nombres. Que al escucharla cada uno elija el nombre que mejor le cuadre aunque si es de tres sílabas se ajustará mejor y si además rima, en asonante aunque sea, para cambiarla por el nombre que ellos soñaron pues maravilloso.

No hay imágenes pero casi mejor para soñar. Que empiece ese ritmo medio, pero obsesivo, con una conversación entre la batería y la guitarra mientras el cantante sueña con el rostro que adjudica al nombre. En el caso de ellos:


Giulietta (Los Brincos) - 1966





Giulietta
te quiero así.
Giulietta,
mmmmmmm,
mi vida entera será para tí,
conmigo ya lo verás,
ajá,
soñando siempre estarás

Giulietta
ven aquí.
Giulietta,
mmmmmmm,
recuerdo el día en que te conocí,
yo solo pude decir,
ajá,
jamás te olvides de mí

Ahora sé lo quiero yo,
me bastará con tener tu amor,
estoy pensando siempre en tí
yo quiero ser feliz

Giulietta
te quiero así.
Giulietta,
mmmmmmm,
mi vida entera será para tí,
conmigo ya lo verás,
ajá,
soñando siempre estarás.

Mmmmmmmmm
Mmmmmmmmm


lunes, 14 de mayo de 2012

Photobucket Va, pz., va...



Teniendo en cuenta que puede haber alguien, masoquista o aburrido supongo, que lea mis parrafadas y teniendo en cuenta que para entenderlas debe ser conocedor avanzado de mi idioma peninsular, y específicamente madrileño, o al menos hispanoparlante de América o, quizá, Filipinas, debo aclarar algo.

Aquí la frase ponerse el mundo por montera significa no hacer caso de lo que puedan pensar los demás y seguir lo que le pida a uno el propio corazón.

Esto viene a cuento de que considero que, además del genial estribillo “quiero morir en tus brazos... pero de placer”, esa frase de “voy a ponerme...” es genial incluso dentro de una increíble canción que no tiene desperdicio. Y eso sin hablar de esa preciosa metáfora "las espadas de tus labios".

Si, por supuesto que sí, hay que ponerse el mundo por montera y en ella, en su maravillosa boca, en esa preciosa sonrisa, si no tu beso que quizá rechazara, al menos el de un clavel. Un clavel rojo desde luego. Una flor que, llevando la contraria al planeta como es mi costumbre, considero la más bella para demostrar amor. A la mujer que amamos hay que regalarle claveles rojos, muy rojos, de pasión, y sin espinas. Para pinchazos los que recibimos nosotros al quedar hechizados en su magia blanca, que es la más poderosa.

Que envidia me da, Luis, esa imaginación tuya para expresar de esa forma tan maravillosa lo que otros solo sentimos y callamos.

Pero continuando. Volviendo a lo que dije no hace mucho de una oración que Pablo Milanés dedicó a Yolanda (Yo hubiera elegido otro nombre aunque para los puristas quedara mal tanto en métrica como en rima), hoy hablo de una escrita por Luis Eudardo Aute, amigo de él y de Silvio y, junto con ellos, y no solo en música y poesía, uno de mis más grandes héroes.

Ufffffffffff, ahora que lo pienso, ¿Por qué será necesario encontrarse en ciertas circunstancias para...? 

 
Me explico. Siempre pensé que no tenía sentido comparar a tirios y troyanos, o “rojos” y “azules”, si se prefiere, pero... un día, en algún lugar, conoces a alguien y con el tiempo descubres que, en teoría, es “el enemigo” pero te das cuenta de que no puedes considerar a esa persona como enemiga pese a que quiera a aquellos que siempre odiaste. ¿Eres un traidor? ¿Te has cambiado de bando? ¡NO!, simplemente tirios y troyanos son en verdad tal para cual, aunque tú prefieras a unos detestando a los otros, y tan solo las personas son diferentes y acaso, como seres individuales, complementarios. ¿Se me permite la nota filosófica “pedante-culta” incluyendo algo de los Proverbios y Cantares de D. Antonio Machado?

Busca a tu complementario
que marcha siempre contigo
y suele ser tu contrario

Este tema que nunca podría haber llegado a un número uno (lo que no puede ser, no puede ser y además... es imposible) venía incluido en un gran álbum, como son casi todos los de Luis, Cuerpo a cuerpo, en el que, además de bellas poesías y música había clases de filosofía, y no de la mala precisamente, como la del tema que daba título al LP. Pero además cerraba el disco con un par de versos que resumen lo que siento con “mis” canciones, por eso me acompañan década tras década y desesperan a mis personas queridas (¡¿OTRA VEZ?!) al verme repetírselas como si no las/me conocieran.

Esas geniales palabras que cierran el álbum están en un tema cuyo título ya es un aviso para navegantes pues se llama “La eterna canción”:

Una canción puede ser un obús
o la caricia de un viento del sur.

¿Cual de las dos cosas es el tema de hoy?


Va, va, va (Luis Eduardo Aute) – 1984





Al cuerno con la Historia y sus delirios,
no apuesto por la batalla campal,
que acaben los troyanos y los tirios
casándose que son tal para cual.

Las fórmulas exactas de los sabios
que han hecho de estos pagos un burdel
no valen las espadas de tus labios
ni el pozo incandescente de tu piel.

Va, va, va, va, va, va,
no quiero ser más que un hombre con una mujer.
Va, va, va, va, va, va,
quiero morirme en tus brazos... pero de placer.

Adiós a todas esas amenazas
que dicen que está próximo el final,
no pienso malgastar mi última baza
quedándome a esperar en el portal.

Que saquen punta al ojo de la esfera,
que no quede una firma sin papel;
voy a ponerme el mundo por montera
y en tu sonrisa el beso de un clavel.

Va, va, va, va, va, va,
no quiero ser más que un hombre con una mujer.
Va, va, va, va, va, va,
quiero morirme en tus brazos... pero de placer.




viernes, 20 de abril de 2012

Photobucket Tu nombre



Hace no demasiado hablamos sobre autores e intérpretes románticos caribeños. Hoy quiero recordar al que fué símbolo del romanticismo europeo. Curiosamente pese a que por su idioma y su tipo de canciones muchos le consideraban francés él era belga.

Es curioso como los franceses parecen haberse apropiado la consideración de patria del amor y sin embargo además de tener en cuenta que Don Juan era español, debe ser solo el idioma supongo, pues su otro gran intérprete romántico, Aznavour, era armenio... ¡Casi nada es lo que parece!

Pero no divaguemos, iba a hablar del que para mí, y creo que para casi todos los sesenteros españoles, el cantante de la bellas baladas para “bailar pegado”, el que ablandaba a las chicas y que a nosotros nos hacía poner cara de burla (teníamos que demostrar lo duros que éramos), el romántico por excelencia, era Salvatore Adamo.

Por si fuera poco cada vez que sacaba una nueva canción, inmediatamente hacía una versión en español. De hecho la única canción suya que conocí solo en francés, aunque seguro que también la hizo en mi idioma, fue Tombé la niege. Y curiosamente también, pese a manejar razonablemente ese idioma, nunca busqué sus letras originales. Ya eran lo bastante sugerentes las “nuestras”.

Tal vez, si sigo con esta locura, vaya dejando más muestras de esté cantante que pocos no supervivientes de entonces, creo, conocen hoy, y es que temas como Un mechón de tu cabello o Mis manos en tu cintura, sin ir más lejos, son verdaderas joyas en el recuerdo.

Está claro que Manzanero es el gran autor de ese estilo pero entre los ye-yés, al contrario que Adamo, nunca tuvo mucho éxito. ¿Quizá era mala su música? ¡NO!, rotundamente no. Su pecado era otro y él era inocente. Su pecado era que gustaba a nuestras madres, y eso era imperdonable para los que estábamos dando paso a la Era de Acuario. Luego nos dimos cuenta de que no habíamos dado paso a nada y de que nuestra generación fué una más, que se aprovechó de los logros de las anteriores y, quizá, avanzó algo tal como le correspondía.

La Nueva Trova llegó en los setenta, cuando los jóvenes de entonces ya habíamos “crecido” un poco y además traía un trasfondo político que nos arrastraba. Era como un himno... incluso cuando hablaban de amor sus dos genios, Silvio y Pablo.

Pablo Milanés dió un nombre a su maravilloso tema, le llamó Yolanda, pero la cuestión es que, tal y como dije, para mí aquello era una oración. Esto de hoy es solo, aunque nada menos que una canción y no le da nombre, deja que cada uno elija el que le salga del alma. Cierto que eso hacíamos al escuchar la de Pablo, pero en esta ocasión no tenemos que ir “traduciendo” a cada paso, no da más facilidad para imaginar el nombre y, por tanto, el rostro.

¿He dicho el rostro? sí, y he dicho bien. Puede ser un nombre poco habitual pero aunque fuera uno corriente que se pudiera asociar a muchas personas, en ocasiones como esta al pensar en él, tan solo una cara, unos ojos, una boca, viene a nuestra imaginación. Incluso, por asociación, su tono de voz, su acento, su...

Creo que es peligroso hablar de canciones románticas, sobre todo si llenan tanto la imaginación como esta. Es fácil, demasiado fácil, caer en lo cursi; y esa acusación entre los madrileños sesenteros era motivo suficiente para liarse a guantazos. No en balde nos habían enseñado desde la cuna que debíamos ser “más chulos que un ocho”.

Así que mejor me callo.



Tu Nombre (Adamo) - 1966










Tu nombre
llena mi pensamiento
desde el mismo momento
en que me he enamorado.

Tu nombre
para mi es el emblema
y el más bello poema
que el amor ha creado.

Tu nombre
para mi lo han escrito
en su cielo infinito
soles, lunas y estrellas.

Tu nombre, tu nombre...
 Con tu nombre fundida
ha quedado mi vida
desde que lo aprendí.

Tu nombre ya conocen las flores
y hasta los ruiseñores
lo aprendieron de mi.
Tu nombre, tu nombre...

Tu nombre
es recuerdo y presencia
que mitiga en tu ausencia
esta soledad mía.

Tu nombre
como un reto de guerrero.
Tengo fe porque espero,
volverás algún día.

Volverás a mi.




miércoles, 4 de abril de 2012

Photobucket Color Coca Cola

Hablando hace tiempo de música inalcanzable y de los ojos de princesas que observan desde las almenas de sus castillos tomé prestada para mi descripción de lo que yo considero unos bellos ojos, la procedente  de unos versos de Fito Cabrales.

Debo avanzar hasta el 2006, año en que recuperé la sonrisa perdida el anterior, a España y a un autor español que junto a su grupo Fitipaldis nos regaló este precioso tema con una letra propia de un juglar del siglo XXI que sabe lo que siente y además como decirlo.

Gente como él hace sabio aquel verso de Jagger: “Es solo Rock and Roll, pero me gusta”. Seguro que este tema no quedará en los anales de nuestra música, que Rolling Stone nunca la incluirá en algunos de sus "Los 500...", que exceptuando a algún país hispanoamericano nadie llegará a conocerla pero lo que también es seguro, es un hecho en realidad, es que está en mí junto a muchas otras que sí recuerdan en todo el planeta.

Lo que canta lo puede decir más alto pero no más claro. Incluso aunque la receptora “pase de él” por bajo, feo, viejo, pelma, calvo o cualquier otro motivo. Pero creo que no se sentirá ofendida. Más bien al contrario complacida y orgullosa por los sentimientos que provoca, expresados muy lejos de la grosería. Aunque ella no los comparta.

Quizá de ahí el verso "Este mar cada vez guarda más barcos hundidos" pues evidentemente no se refiere al Titanic.



Por la boca vive el pez (Fito y Fitipaldis) - 2006






Algo, lo que me invade
todo, viene de dentro
Nunca lo que me sacie,
siempre quiero, lobo hambriento.

Todo me queda grande
para no estar contigo.
Sabes, quisiera darte
siempre un poco más de lo que te pido.

Sabes que soñaré,
si no estás, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no se vivir solo con cinco sentidos.

Este mar cada vez guarda más barcos hundidos.

Tu eres aire, yo papel,
donde vayas yo me iré,
si me quedo a oscuras,
luz de la locura, ven y alumbrarme.

Alguien dijo alguna vez:
por la boca vive el pez.
Y yo lo estoy diciendo,
te lo estoy diciendo otra vez.

Dime por qué preguntas
cuanto te he echado de menos,
si en cada canción que escribo, corazón,
eres tú el acento.

No quiero estrella errante,
no quiero ver la aurora,
quiero mirar tus ojos del color de la Coca Cola.

Sabes que soñaré,
si no estas, que me despierto contigo.
Sabes que quiero más,
no sé vivir solo con cinco sentidos.

Este mar cada vez guarda más barcos hundidos.

No estas conmigo siempre que te canto...
Yo hago canciones para estar contigo,
porque escribo igual que sangro,
porque sangro todo lo que escribo.

Me he dado cuenta cada vez que canto
que si no canto no sé lo que digo.
La pena está bailando con el llanto
y cuando quiera bailará conmigo.

La vida apenas solo dura un rato
y es lo que tengo para estar contigo,
para decirte lo que nunca canto,
para cantarte lo que nunca digo.