sábado, 14 de julio de 2012

Photobucket Sube al desván

Sé que fué a mediados de los ochenta y sé que fué en un Colegio Mayor donde la escuché por primera vez. También sé que hay muchos que piensan que esta canción es de Chayanne pero ¡no! No sé que edad tendrá Chayanne pero cuando este tema me atrapó él no podía hacer más de cuatro o cinco años que “se quitó” del biberón.

Es una de esas raras canciones, como Something de Los Beatles, en que sin pronunciar una sola vez la palabra amor, ni decir te quiero, deja meridianamente claros sus sentimientos.

Porque hueles a hierba, porque sabes a selva, porque hueles a tierra, porque sabes a hembra... y ahí se calla, pero sus pensamientos los ha dejado muy claros aunque, para rebajar el nivel emocional, se descuelgue con ese “sube al desvan”. Como si lo que hay en su cabeza fuera solo un revolcón... ¡Vamos anda! se nota de lejos que no es eso lo que te tiene preso.

Sí, claro que sí, el que diga que no piensa también en “subir al desván” es un cínico redomado. Pero aún sin olvidar que ese deseo existe, no es, ni mucho menos, lo verdaderamente importante.

Pensaba seguir con "Las Crónicas" o hablar de Los Beatles y de alguna de sus canciones, cualquiera de ellas quedó en los libros de historia musical, y sin embargo esta mañana puse la radio y me quedé colgado en las alturas de una cancíón ¿¿menor??... ¡Y un cuerno!. Un pedazo de tema que, aunque nunca alcance el Disco de Oro, es de los que te hacen recordar que lo escuchaste por primera vez hace ya la friolera de casi veinte años. 

Es dificil explicar que ahora la escuchas y te das cuenta de que sigues vivo porque te recorren todas las venas unas sensaciones que creías muertas. . o como dice él: “Las vigas de esta casa que aún sigue en pie”.

¿Quien es ella?... pues está claro, es la que te hace despertar a media noche con su imagen en la cabeza y sientes a tu lado, la que al al entrar el sol en tu dormitorio y despertarte encuentras entre tus pestañas... Ella en definitiva.


Sube al desván (Victor Manuel) - 1984








Serás la noche oscura donde arderé,
las vigas de esta casa que aún sigue en pie.
Me beberé tu sangre y pondré tu piel,
escribiré tu nombre en cada pared.
No fue cosa de un día, ni dos, ni tres,
como el tigre a su presa, te acorralé.


Porque hueles a hierba, porque sabes a selva,
porque alguien rompió el molde -no hay nada igual-;
porque hueles a tierra, porque sabes a hembra,
cuando nadie nos vea sube al desván,
cuando nadie nos vea sube al desván.


El tiempo solo pasa en quien no te ve,
quien duerme a tu costado pierde la fe
de que otra vida exista que pueda ser
mejor que recorrerte al amanecer.
Y aunque las cosas vengan a contrapié
siempre inventamos fuerza para crecer.


Porque hueles a hierba, porque sabes a selva,
porque alguien rompió el molde -no hay nada igual-;
porque hueles a tierra, porque sabes a hembra,
cuando nadie nos vea sube al desván,
cuando nadie nos vea sube al desván.

Cuando nadie nos vea sube al desván.
 


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