martes, 29 de mayo de 2012

Photobucket ¿Giulietta?


Hubo una vez en España, en los sesenta, un EP del que en un país más mercantilista hubieran sacado tres secillos y todos hubieran llegado al número uno.

La cara A se iniciaba con "Renacerá" que si no hubiera sido porque nos encantaba hubieramos saltado para pinchar directamente el segundo tema, "Un sorbito de champagne"... ¡Total nada!

Pero es que en la cara B, además del segundo tema, que sin ser malo era tan solo uno más, se iniciaba con la que hoy rescato. Una que nos chiflaba, hasta el punto de que bastaba con que uno tatarease: "Ta, ta, ta ta... chis, chis, chis, ta, ta, ta, ta..." para que los demás le siguiesen y alguno comenzase a cantar un nombre de chica, en este caso, italiano.

Es curioso que en la funda ni siquiera se mencionara ningún tema de la cara B y por lo tanto a la canción de la que hablo.



Este grupo madrileño, Los Brincos, fue considerado aquí como Los Beatles españoles y creo que con razón. Es cierto que no llegaron a su altura pero tambien es cierto que contaban con muchos menos medios, tanto técnicos como económicos, pero incluso todas las veces que les vi en directo, algunas en un lugar de acústica tan desastrosa como el Palacio de los Deportes o incluso creo recordar que el Price, salí feliz. Eran grandes y en verdad que no necesitaban "negros" de estudio para sus grabaciones.

Ya me referiré a otras pero de momento voy a insistir en el tema de los nombres. Que al escucharla cada uno elija el nombre que mejor le cuadre aunque si es de tres sílabas se ajustará mejor y si además rima, en asonante aunque sea, para cambiarla por el nombre que ellos soñaron pues maravilloso.

No hay imágenes pero casi mejor para soñar. Que empiece ese ritmo medio, pero obsesivo, con una conversación entre la batería y la guitarra mientras el cantante sueña con el rostro que adjudica al nombre. En el caso de ellos:


Giulietta (Los Brincos) - 1966





Giulietta
te quiero así.
Giulietta,
mmmmmmm,
mi vida entera será para tí,
conmigo ya lo verás,
ajá,
soñando siempre estarás

Giulietta
ven aquí.
Giulietta,
mmmmmmm,
recuerdo el día en que te conocí,
yo solo pude decir,
ajá,
jamás te olvides de mí

Ahora sé lo quiero yo,
me bastará con tener tu amor,
estoy pensando siempre en tí
yo quiero ser feliz

Giulietta
te quiero así.
Giulietta,
mmmmmmm,
mi vida entera será para tí,
conmigo ya lo verás,
ajá,
soñando siempre estarás.

Mmmmmmmmm
Mmmmmmmmm


lunes, 14 de mayo de 2012

Photobucket Va, pz., va...



Teniendo en cuenta que puede haber alguien, masoquista o aburrido supongo, que lea mis parrafadas y teniendo en cuenta que para entenderlas debe ser conocedor avanzado de mi idioma peninsular, y específicamente madrileño, o al menos hispanoparlante de América o, quizá, Filipinas, debo aclarar algo.

Aquí la frase ponerse el mundo por montera significa no hacer caso de lo que puedan pensar los demás y seguir lo que le pida a uno el propio corazón.

Esto viene a cuento de que considero que, además del genial estribillo “quiero morir en tus brazos... pero de placer”, esa frase de “voy a ponerme...” es genial incluso dentro de una increíble canción que no tiene desperdicio. Y eso sin hablar de esa preciosa metáfora "las espadas de tus labios".

Si, por supuesto que sí, hay que ponerse el mundo por montera y en ella, en su maravillosa boca, en esa preciosa sonrisa, si no tu beso que quizá rechazara, al menos el de un clavel. Un clavel rojo desde luego. Una flor que, llevando la contraria al planeta como es mi costumbre, considero la más bella para demostrar amor. A la mujer que amamos hay que regalarle claveles rojos, muy rojos, de pasión, y sin espinas. Para pinchazos los que recibimos nosotros al quedar hechizados en su magia blanca, que es la más poderosa.

Que envidia me da, Luis, esa imaginación tuya para expresar de esa forma tan maravillosa lo que otros solo sentimos y callamos.

Pero continuando. Volviendo a lo que dije no hace mucho de una oración que Pablo Milanés dedicó a Yolanda (Yo hubiera elegido otro nombre aunque para los puristas quedara mal tanto en métrica como en rima), hoy hablo de una escrita por Luis Eudardo Aute, amigo de él y de Silvio y, junto con ellos, y no solo en música y poesía, uno de mis más grandes héroes.

Ufffffffffff, ahora que lo pienso, ¿Por qué será necesario encontrarse en ciertas circunstancias para...? 

 
Me explico. Siempre pensé que no tenía sentido comparar a tirios y troyanos, o “rojos” y “azules”, si se prefiere, pero... un día, en algún lugar, conoces a alguien y con el tiempo descubres que, en teoría, es “el enemigo” pero te das cuenta de que no puedes considerar a esa persona como enemiga pese a que quiera a aquellos que siempre odiaste. ¿Eres un traidor? ¿Te has cambiado de bando? ¡NO!, simplemente tirios y troyanos son en verdad tal para cual, aunque tú prefieras a unos detestando a los otros, y tan solo las personas son diferentes y acaso, como seres individuales, complementarios. ¿Se me permite la nota filosófica “pedante-culta” incluyendo algo de los Proverbios y Cantares de D. Antonio Machado?

Busca a tu complementario
que marcha siempre contigo
y suele ser tu contrario

Este tema que nunca podría haber llegado a un número uno (lo que no puede ser, no puede ser y además... es imposible) venía incluido en un gran álbum, como son casi todos los de Luis, Cuerpo a cuerpo, en el que, además de bellas poesías y música había clases de filosofía, y no de la mala precisamente, como la del tema que daba título al LP. Pero además cerraba el disco con un par de versos que resumen lo que siento con “mis” canciones, por eso me acompañan década tras década y desesperan a mis personas queridas (¡¿OTRA VEZ?!) al verme repetírselas como si no las/me conocieran.

Esas geniales palabras que cierran el álbum están en un tema cuyo título ya es un aviso para navegantes pues se llama “La eterna canción”:

Una canción puede ser un obús
o la caricia de un viento del sur.

¿Cual de las dos cosas es el tema de hoy?


Va, va, va (Luis Eduardo Aute) – 1984





Al cuerno con la Historia y sus delirios,
no apuesto por la batalla campal,
que acaben los troyanos y los tirios
casándose que son tal para cual.

Las fórmulas exactas de los sabios
que han hecho de estos pagos un burdel
no valen las espadas de tus labios
ni el pozo incandescente de tu piel.

Va, va, va, va, va, va,
no quiero ser más que un hombre con una mujer.
Va, va, va, va, va, va,
quiero morirme en tus brazos... pero de placer.

Adiós a todas esas amenazas
que dicen que está próximo el final,
no pienso malgastar mi última baza
quedándome a esperar en el portal.

Que saquen punta al ojo de la esfera,
que no quede una firma sin papel;
voy a ponerme el mundo por montera
y en tu sonrisa el beso de un clavel.

Va, va, va, va, va, va,
no quiero ser más que un hombre con una mujer.
Va, va, va, va, va, va,
quiero morirme en tus brazos... pero de placer.